Ha pasado el tiempo y después de haberlo planeado tanto, por fin estamos
de tiempo completo desarrollando, cocinando y escribiendo, ha sido un proceso
difícil abrirse paso de ser aficionado a estudiar y convertirse en profesional,
y estar laborando en ello, gracias a mis amigos, lectores y especialmente a mi
familia que ha estado detrás de mí en este difícil proceso el año que viene
será difícil en relación a la adquisición de experiencia, y estaremos en la punta del desarrollo de al
menos dos nuevos conceptos restauranteros en la ciudad de Monterrey; así mismo
espero un crecimiento en la oferta de lugares y productos artesanales y un real
y verdadero rescate de la cocina norestense, vienen tiempos buenos , vienen
tiempos mejores y estoy deseoso de verlos.
Pasando a otras cosas que me siempre me propongo comentar
es en relación a las escuelas de Artes Culinarias que hay en la ciudad de
Monterrey. Vivimos en una sociedad competitiva, y con una sobre oferta de
profesionales, asi como de prestadores de servicios, lo cual vuelve
extremadamente difícil el mercado laboral, salarios mal pagados, profesionistas
explotados, por lo tanto para las escuelas se vuelve una carrera constante
llenar sus aulas y poder sostenerse y generar ganancias, hay escuelas de muy
bajo nivel de enseñanza ( y o dudo que tengan maestros capaces), pero detecto
demasiadas faltas educativas en las instituciones.
En este caso me he de referir a una escuela que además no
es de las chafonas, muy al contrario y de la cual he aprendido lo que se puesto
que se trata de mi alma matter culinaria, se trata del Instituto Culinario
Monterrey; fui invitado como muchos otros a la muestra gastronómica del
instituto a la cual me presente gustoso a ver qué cocinaban los compañeritos,
tengo que decir que fue particularmente decepcionante, primero, porque hubo
muchísimas fallas en la organización del evento, se supone que pagabas por
tener acceso a la comida de los stands (probadita) y darte una idea de las
habilidades que los muchachos desarrollan en la escuela; lamentablemente eso no fue posible, primero porque la gente
arraso con toda la comida, ya que repitieron de forma indiscriminada los
asistentes, hubo muchísimo desperdicio de comida ya que al incluir elementos
desconocidos para algunos de los asistentes lo probaban y lo tiraban sin haber
comido nada apenas probado, que vergüenza,
no hubo un apropiado control de accesos, aparte de que los alumnos se
comportaron a la altura de un mercadito, no de un instituto culinario de
reconocimiento internacional, que pena, fue decepcionante del principio al
fin, lo cual me hace pensar en los eventos de otras escuelas (cualquier
escuela) son a la altura de sus estándares y no tiene nada que ver el dinero
invertido en ello. De entrada se pidió una cooperación de $100.00 y hubo
bastante desorden en la recolección del dinero, no hubo un control para la
degustación en los stands que representaban la comida típica de un estado, para
rematar y no poder probar de forma ordenada lo cocinado por los chicos hubo un
tremendo desperdicio por parte de los asistentes que dejaban platos completos
sin probar, una pena y una falta de educación y urbanidad impresionante, como
corolario quiero decir que esta muestra gastronómica parecía mas bien una kermes de rancho donde había una competencia de sonidos y hasta karaoque,
caballeros directivos, Chefs instructores, si es una escuela de cocina es pues
una muestra gastronómica un evento académico, por lo tanto no lo pueden
organizar de esa forma, no es una opinión la mía simplemente; lo digo como
docente ( porque fui maestro ), les digo que estuvo MAL, MUY MAL y no es culpa
de los alumnos ya que ellos solo replicaron el modelo propuesto por los
maestros, y no quiero meterme en criticar la comida, porque también hubo mucha
falta de cuidado en los menús presentados por los chicos.
Quisiera que el año que viene mejorara esta situación de
las escuelas, y se tomaran en serio sus estudios los alumnos ya que fue una
pena y una vergüenza haber visto tal
desfiguro, espero mayor Cultura, mayor compromiso y estudio y respeto por la
profesión del cocinero, porque es muy difícil y desgastante tratar de aportar
con esa falta de seriedad, de momento me llevo este recuerdo y es
pero logremos
esos cambios para mejorar las artes culinarias en este país.