
Llegamos en un día de baja
clientela, lo cual te haría pensar que se desharían en atención al cliente, no,
parecía que la hueva les escurriera, lento todo, no pude dejar de observar al
centro de las mesas, saleros y chile molido marca propia de megatienda departamental
(tal y cual lo envasaron), los vi y no hacían match con la presentación del
local, después vi la carta, demasiado extensa en primera, después, precios
altos, no me gusta hablar de precios, pero esta vez es necesario, ya que en eso
consiste el asalto o más bien la estafa, pagamos precios estratosféricos por
cosas mal cocinadas, me molesta el engaño, y que me quieran vender gato por
liebre.
pedimos una pasta cremosa con salmón y ternera, obtuve
salmón de lata, y filete recocido insípido y mal sazonado lo mejor fue el
postre y aunque estuvo rico no fue nada excepcional, la cuenta fue de $600.00
sin vino, solo cerveza y refrescos, 200.00 por pésimas y mal cocinadas
porciones, me estafaron, y me sentí triste, aun me siento triste, mínimamente
con esos precios compra saleros, no vuelvo a pisar ese lugar y no lo recomiendo
para nada, ni siquiera vale la pena que lo experimenten, pido un voto de
confianza y les digo aquí entre nos, que no crucen la puerta del lugar y eviten
el dolor que ahora siento.
Es una pena que una ciudad
como Monterrey siga poseyendo paladares tan extremadamente obtusos, es una pena
que sigan sin existir opciones, siento que muero, supongo que vamos evolucionando, supongo que
vamos cambiando, espero verlo.
Me voy, estamos emprendiendo
aventuras nuevas, cambios, pronto espero poderles dar más información espero
que vaya creciendo la comunidad de blogueros y foodies, espero que seamos más y
de más opiniones que hagan propicien la revolución culinaria que esta ciudad
necesita.
Salud compañeros!
No hay comentarios:
Publicar un comentario