
Felipe II en el año 1595 ordena que se quemen las vides novo hispanas y
grava el consumo de vino, sin embargo el territorio están extenso que resulta difícil
tener un control sobre el mismo y varios productores siguen cultivando la vid a
pesar de la real orden, sacudido el pueblo mexicano del yugo español es libre
para cultivar la vid y producir vino, lamentablemente la orden de Felipe II
trajo como consecuencia un atraso en la cultura del vino a este país que se
dedico a producir destilados que no fueran prohibidos por la corona tales como
el Tequila, el Mezcal y el Sotol, todos ellos con raíces autóctonas de poco
atractivo para la metrópoli.
Es de esta forma como comienza
la difícil historia de las vitivinícolas mexicanas, que después de tener que
pasar desapercibidas han tenido que luchar por tener una identidad propia en un
país que redujo su consumo de vino por
muchos años; situación la cual se ha estado revirtiendo en los últimos 10 años
y las vitivinícolas mexicanas han tenido un nuevo impulso y han producido vinos
premiados internacionalmente, lamentablemente aun es caro el vino mexicano que
pierde mercado ante vinos muy baratos de muy alta calidad producidos por los
sudamericanos (Argentina y Chile) y por los mismos españoles cuyo producto es increíblemente
barato en tierras Mexicanas, produciendo una competencia desleal entre
nosotros.
A colación viene todo, porque
estuve en el pueblo de Parras de la Fuente, Coahuila, hogar de la casa
productora de vino más vieja de América (sustentada por medio de documentación)
y casualmente lugar de nacimiento del apóstol de la revolución mexicana
Francisco Madero, y tuvimos de visitar esta productora cuyos orígenes se remontan a el año
de 1593; desde que entras a Parras te reciben las higueras y los nogales, sabes
que podrás encontrar dulces deliciosos en el pueblo y antes de llegar al pueblo
encuentras la Casa Madero, quienes ofrecen visitas guiadas desde las 8:30 de la
mañana por la irrisoria cantidad de 5
pesos por persona, fuimos en invierno y las vides se encontraban listas para
invernar, aun así pudimos contemplar los procesos y la maquinaria en la que se está
produciendo el vino que saldrá a venta el siguiente año y las bodegas donde está
guardado el vino que aun esta en producción y en guarda, es un recorrido
interesante, y hermoso aunque fuera invierno (ya está en mis planes aparecerme
por ahí el día de la vendimia), mas aun el recorrido lo hicimos solo mi esposa,
su servidor y la pequeña Malú que todo el tiempo decía “uvas papá, uvas” , hay
un expéndio de vinos a precio más barato que en tiendas ( y quiero aclarar que
Casa Madero no es barato) pero por ejemplo un Monteviña (vino nuevo) está cerca
de los $89.00, San Lorenzo $99.00 y después Casa Madero, Reserva de barricas, Reserva Especial, Mv3
cuyos precios van de los $200.00 a los $600.00.
Hay otras productoras
principalmente de vinos generosos, de las cuales la más interesante es Casa
Vesubio establecida en el año de 1891 por Nicolas Nicolielli oriundo de Italia
y a su fallecimiento retomada por Nicolás Milonás oriundo de Grecia , ellos
elaboran un vino llamado Kimi esplendido
combinado con el cordero y otro llamado Milona´s en cuya elaboración se le
incluye nuez el cual también resulta excelente a media tarde.
En Parras se producen dulces
de higo, de nuez, leche quemada y otros tantos por el estilo, no tuve la
necesidad de hospedarme, pero vi varios hoteles de todo tipo de calidades y
precios, Parras es algo que vale la pena visitar en cualquier época del año y
claro que en la época de la Feria de la Uva y el Vino es mejor, ciertamente es
un oasis en el desierto (y además es literal también) a unas dos horas y media
de la ciudad de Monterrey rumbo a Torreón la desviación la indica no hay
pierde, es una experiencia que vale la
pena.
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